Blogia
Antiguo ¡Desperta Ferro!

De Maniobras

Hoy he asistido a una reunión. Asunto a tratar: entrenamiento de nuestras tropas.

Alguien ha querido entrevistar a los soldados: ¿haces suficiente instrucción? ¿tienes buenas armas? ¿sabes utilizarlas? ¿qué te gustaría aprender?

Primer problema: las pequeñas casas solariegas no disfrutan de milicias. Tal vez tengan alguna espada a mano, alguien que más o menos sabe utilizarla en caso de emergencia. Alguna que otra vez se corta su propio pie... la mayoría subcontrata (¡miento, que han hablado de outsourcing!) el tema al castillo más cercano. O que le cae mejor.

Hasta ahora a éstos se les ha proporcionado sistemáticamente cursos de esgrima, versión básica. El problema es que, en cuanto sale un buen espadachín... se les larga al castillo, que cobra más y vive mejor. Así que muchos amos no quieren ni formación para los zagales, cuanto menos sepa más durará.

Las casas con más de 10 sirvientes, pero menos de 50, paicido pero casi pior: aqui suele haber un figurín bueno para todo. Que no hay trabajo para la espada: pues vuelta al arado. Más outsourcing si cabe. Para estos, esgrima básica y avanzada. Algo de monta, para los mejores.

Las grandes grandes... que se busquen la vida, que pueden. Qué monten sus milicias, paguen sus maestros de esgrima, monta, lucha... cada uno por su lado.

Casi pierdo la fe.

Entonces alguien, no he sido yo, ha dicho: ¿y la estrategia? ¿los planes? ¿las tácticas? ¿los métodos?

He aquí la cuestión:

¿Ganaremos esta guerra sólo con espadas, más o menos afiladas? ¿Bastará con añadir escudos última versión, escalas o catapultas?

Sin visión de nación: ¿quién organizará a los pequeños propietarios? ¿quién los protegerá de los abusos?

Si los barones no conocen su ejércitos, sus posibilidades, pedirán imposibles o no lo aprovecharán debidamente.

Sin oficiales bien intruidos ¿cómo competir? ¿vencer?

Basta de alegorías: hablemos claro. Estan bien los cursos de excel, access, word... de hecho, son necesarios. Tanto como aprender a leer y escribir, en estos momentos.

Pero ese no el reto. El desafío, en un futuro, será innovar, competir, triunfar. Por ahora pocos llegan a eso.

Para la mayoría, el desafío es convencer. A los barones de que tienen un ejército no sólo para defenderse, que escuchen a sus generales. A los oficiales de que ellos no deben luchar con la espada. A los soldados de que la cabeza es tan valiosa como el arma. A todos de que, uniendo fuerzas, pueden ganar imperios.

Esto se puede transmitir, mostrar, enseñar.

¿Se os ocurre cómo?

0 comentarios